Por: Víctor Román Carrasco.
En el contenido leído, resalta el ESFUERZO que tenemos que estar dispuestos hacer para tener éxito. Pequeñas acciones, pero repetidas días tras días de manera constante, y por un período de tiempo determinado... Esto trae por consiguiente un efecto compuesto donde podremos ver y palpar los beneficios como el resultado de nuestra perseverancia, justo donde se encuentra el secreto: detrás de nuestro esfuerzo, disciplina y los buenos hábitos.
Algo cierto y que pude ratificar, fue la desvalorización de la actual generación, en función de las grandes empresas y con grandes exitos; quienes los hijos, sobrinos y nietos son quienes las administran hoy en día... Luego de todos los esfuerzos y sacrificios que tuvieron que hacer sus padres y abuelos para levantar el negocio y que el mismo prospere, no tienen el mismo sentimiento y dolor para que siga creciendo. Ya que son hijos de los dueños (de los ricos) y tienen su futuro asegurado, y como tienen una empresa próspera y que camina por si sola, se duermen en los laureles y dejan de hacer las acciones que la llevó a tener éxito. Pierden esa importante ética laboral.
Pero
ésto es solo un ejemplo... Entendí que nada fracasa más que el propio éxito.
Hay personas que se pasan la vida trabajando hasta que finalmente llegan a la
cima, algo genial! Pero se olvidan que el logro de una meta es el principio de
otra. Y es cuando se relajan y entonces todo ese esfuerzo se va abajo porque
fracasan. Porque lo difícil, más que llegar a la cima, es mantenerse.
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